Wednesday, May 31, 2006

Descentralizando la Cultura

Estábamos parados en una esquina desconocida de Barranca a las 11 de la noche con mochilas, libros, guitarra, frío y signos de interrogación, pero lo único que veíamos pasar rumbo al sur era una interminable retahíla de camiones de carga; ningún bus hacia la capital, que es donde íbamos. (La continua caterva de buses rumbo al norte parecía decirnos que nos habíamos equivocado de destino.) Veníamos de la Feria del Libro Huamán Poma de Ayala, realizada en Barranca.



La Feria del Libro Huamán Poma de Ayala, que terminó hace unos días y fue del 1 al 20 de mayo, ha sido una feria con características y propósitos muy interesantes; pues contó no solamente con stands de libros sino también con diversas actividades culturales, que nada tienen que envidiar a las Ferias del Libro de Lima. Organizada, con el apoyo del Círculo Literario Anábasis y la Municipalidad de Barranca, por la Sociedad de Arte y Cultura Huamán Poma de Ayala SAC, organización que tiene como finalidad “promover, difundir y descentralizar la Cultura mediante la realización de Eventos y Ferias Itinerantes a nivel nacional”, esta feria de Barranca brindó al pueblo barranquino recitales literarios, presentaciones de libros y revistas, charlas y conferencias, performances, música, danzas y shows artísticos, convocando la participación de jóvenes y veteranos escritores, músicos, bailarines, tanto de Lima como de las inmediaciones, y hasta una arqueóloga, que dio una conferencia sobre al civilización de Caral. Cabe resaltar que los artistas invitados fueron anfitrionados con almuerzos y demás gastos en que se incurren naturalmente, algo que no es común en el círculo literario.

Nosotros, MaryCarmen, Alessandra, Gonzalo, Gabriel y yo, Eberth, llegamos a Barranca un domingo al inicio de la tarde, que es la cúspide del hambre, luego de una amena tertulia autobusera. Fuimos recibidos cálidamente por John López, coordinador de Anábasis, y Carlos Torres Gil, gerente de Huamán Poma de Ayala, quien se encontraba supervisando la instalación de los equipos de sonido. Pronto fuimos conducidos a un restaurante cerca de la plaza de armas e invitados a almorzar; los corderos, las reses y las verduras pasaron rápidamente de la cocina a la mesa y de ahí a nuestros estómagos. Satisfechos, decidimos bajar la comida con un suave vino en la playa Chorillos, que se encuentra a unas ocho cuadras de la plaza.
Un perro, amigo de unos surfers, que prefería bucear pero en los restos aromáticos de un delfín, compartió con nosotros su perfume a pez muerto. MaryCarmen y Gonzalo intentaron enterrar (o mejor dicho, enarenar) el cadáver, lo que ofendió al amigable perro, pero el perfume ya viajaba por al aire de Barranca y nos acompañó todo el día, incluso en nuestra presentación, a la que fuimos poquísimo tiempo después del altercado con el perro.


Una cosa curiosa, nos sentamos frente a una veintena de sillas blancas que atentamente nos miraban y nos dispusimos a leer nuestros poemas, pero cuando empezamos, los asientos se fueron llenando con las sentaderas de la gente, que aparecían como atraídas por miel. Todos contentos, aunque supongo las sillas no tanto, entramos en calor con uno y otro poema, primero Ale, después Gonza, después MaryCarmen, de ahí Gabo y de ahí yo; y el auditorio estaba lleno de personas, y sillas, y una que otra persona que sólo pudo estar de pie (en algún lugar había una silla riéndose por eso).



Siguió la presentación de los Multifuckers, libro de cuentos de Gonzalo, rico en simbología y giros sorprendentes, que parece tener una mano invisible que al abrirlo coge al lector del cuello y no lo suelta hasta que haya terminado de leer el libro; y después la presentación de Claroscuro, libro de poesía de los anfitriones de este site, que combina cuatro voces muy diferentes (que no debo comentar, así que si desean saber de él, visiten esta sección). Naturalmente, Gonzalo leyó un par de cuentos al terminar la presentación de su libro y el público lo aplaudió interesado. Al terminar la presentación de Claroscuro, sin embargo, no leímos poemas de él (pues ya lo habíamos hecho durante el recital), sino intercalamos un par de performances con su respectivo fondo musical. MaryCarmen hizo Artemisa y Testigo y yo hice Animación y Los Trece, éste último relacionado con Testigo. Parece que la música, o el alboroto, atrajeron a más gente, que se quedó a escuchar a Juan Manuel Chávez, quien dio una charla sobre el libro y su origen. Mientras tanto, nos invitaron un cafecito, que cayó a pelo en ese momento, aunque Gabo quizá habría votado por una rubia en sus manos.



La actividad del día terminó con los conciertos folklóricos de Martita Jara y de Félix Cisneros, respectivamente. Luego de un delicioso lonche, cargamos nuestras chivas y los libros que quedaron y nos fuimos al terminal. Como sea, por confusión o por error, acabamos en una esquina desconocida de Barranca.... el resto de la historia ya la conocen. Al final nos hartamos de esperar en vano y volvimos, pero no a Lima todavía, sino a la Feria, donde Juan Manuel, John y Carlos nos recibieron con una sonrisa y otro signo de interrogación. Les contamos lo sucedido y Carlos, el gerente de la feria, se aseguró que la espera por el primer bus de la mañana se hiciera agradable, con la libertad de cuba en nuestras manos.